En 1970, la finca de la familia Botero Arias en el municipio de La Estrella, Antioquia, pasó a ser parte de la obra con la que doña Berta Arias de Botero había soñado. Diez años después de que la Fundación iniciara labores en 1960, sus herederos donaron y transformaron la cómoda casa de recreo en un albergue para 50 ancianos. El Centro de Bienestar al Anciano San Bernardo, fue construído desde el principio como un lugar para la atención de ancianos desprotegidos y vulnerables. En el año 2006 se amplía sus instalaciones con el ánimo de ampliar la cobertura y atender así, a más personas mayores, logrando una capacidad locativa para 254 ancianos, quienes reciben servicios de alta calidad a través de un equipo interdisciplinario de profesionales idóneos en áreas de la salud y social.
El centro se encuentra distribuído en 4 pabellones, dos para hombres y dos para mujeres, donde se ubican los residentes de acuerdo a su capacidad fisica funcional. Con el fin de permitir la movilidad por todo el CBA se tienen rampas internas que comunican los 4 pabellones, con pisos en material antideslizante y escaleras que también comunican los diferentes niveles de los pabellones.
El centro cuenta con las siguientes acomodaciones:
La Fundación Berta Arias de Botero, tiene contemplado un modelo de atención biosicosocial centrado en la persona, que consta de dos lineas de acción de envejecimiento activo: salud y social, ejecutadas a través de programas, desarrollados por las diferentes áreas y disciplinas, y se verifica su seguimiento con el cumplimiento de los indicadores de gestión e impacto.
Nuestro servicio se encuentra habilitado en salud y certificado en calidad por el Icontec desde el año 2007 bajo la Norma ISO 9001:2015, lo que nos permite generar confianza en la atención integral al adulto mayor.
La Fundación Berta Arias de Botero ha definido el perfil para ingreso a la institución, consiste en adultos mayores de 60 años en adelante con deseo propio de ingresar, independientes desde su capacidad física funcional, sin patologías mentales, sin vivienda propia y con dos personas que se responsabilicen como acudientes para continuar brindando acompañamiento al residente