El Centro de Bienestar al Anciano fue fundado en el año 1966, inicialmente se adecuó una casa en el Barrio Santa Ana del Municipio de Támesis funcionando allí durante siete años; el 08 de diciembre de 1973 fue inaugurada otra sede la cual fue construida por el Señor Aníbal Obando Echeverri en un terreno cedido por el Municipio de Támesis con el nombre de “Refugio de Ancianos Roberto Obando Cardona” en memoria de quien dedicó su vida a educar juventudes Tamesinas, su señor padre. Desde ese momento estuvo bajo la dirección de la Empresa Coordinadora Mercantil S.A y administrado por la Comunidad Religiosa Hermanas de los Pobres de San Pedro Claver hasta el 30 de agosto de 2018.
A partir del 1 de septiembre de 2018, el Refugio de Ancianos Roberto Obando Cardona denominado así hasta ese momento, pasó a ser administrado por la Fundación Berta Arias de Botero y cambia su nombre como Centro de Bienestar al Anciano Roberto Obando Cardona.
Fue construido con la finalidad de atender población desprotegida y vulnerable, con una capacidad locativa actual para 55 ancianos, los cuales se benefician con servicios de alta calidad a través de un equipo interdisciplinario de profesionales idóneos en áreas de la salud y social.
El Centro tiene una infraestructura física con instalaciones adecuadas según las necesidades de la población atendida, sin barreras arquitectónicas que impidan el traslado y deambulación de los residentes y con las normas de seguridad necesarias para la protección de éstos
La Fundación Berta Arias de Botero, tiene contemplado un modelo de atención biosicosocial centrado en la persona, que consta de dos lineas de acción de envejecimiento activo: salud y social, ejecutadas a través de programas, desarrollados por las diferentes áreas y disciplinas, y se verifica su seguimiento con el cumplimiento de los indicadores de gestión e impacto.
La Fundación Berta Arias de Botero ha definido el perfil para ingreso a la institución basado en las condiciones locativas vs personal y servicios brindados con la finalidad de brindar una atención de alta calidad a su población beneficiaria es así como las personas que van a ingresar deben ser mayores de 60 años, con deseo propio de ingresar, independientes desde su capacidad física funcional, sin patologías mentales, sin vivienda propia y con dos personas que se responsabilicen como acudientes para continuar brindando acompañamiento al residente durante su institucionalización.