En la exploración de los aspectos psicológicos se indaga en conceptos como: la percepción, la atención, la motivación, la emoción, los criterios depresivos, la inteligencia, el pensamiento, la personalidad, las relaciones personales, la conciencia y la inconsciencia, el deterioro cognitivo, la convivencia y los refuerzos en su vida espiritual, todos estos aspectos son de vital importancia para comprender el comportamiento, sus entornos e identificar patrones culturales, sociales y económicos.
Al obtener toda esta información nos podemos hacer una idea del residente, sus patrones de conducta y de su comportamiento, además identificar cualquier tipo de psicopatología congénita o trastorno psicológico que requiera ser tratado; también como debe ser el manejo por parte de sus cuidadores o personal de la institución encargado del cuidado permanente de las personas que así lo requieran, en el caso de las personas que no presentan ninguna alteración psíquica los datos adquiridos dan una aproximación presuntiva de su comportamiento y así como también, poder desarrollar actividades que estimulen el envejecimiento activo desde una mirada holística encaminada a la calidad de vida.
Es labor de todo el personal asistencial que trabaja con personas mayores de desmitificar que los ancianos son como niños, este tipo de mitos urbanos no benefician para nada el manejo de la vejez, más aún, no ayudan a entender esta etapa del curso de la vida. Por el contrario, las personas mayores poseen un cumulo de conocimiento y experiencia que los hacen importantes como gestores de conocimiento, además de los recursos que las personas mayores pueden aportar a la sociedad.
Es claro que las enfermedades degenerativas neuronales reducen a las personas mayores al punto de convertirse en seres humanos con necesidad de ser asistidos para poder vivir, pero en estos casos el personal encargado de su cuidado está preparado para el manejo de la persona mayor y su patología especifica, he ahí la clave para que los aspectos psicológicos de los seres humanos, en su caso las personas mayores, sean comprendidos por todos.
Autor
Juan Miguel Restrepo
Psicólogo de la Fundación